El
14 de Mayo de 1980 los ejércitos de El Salvador y Honduras, operando
en el marco del Plan Cóndor - con la participación de esbirros
enviados a Tegucigalpa por el criminal de Lesa Humanidad argentino
Guillermo Suárez Mason y coordinados desde Washington - cometieron el
asesinato colectivo de más de medio millar de campesinos
salvadoreños, familias enteras fueron diezmadas en el fronterizo
Río Sumpul.
Se cumplen treinta y ocho años de una imagen icónica. La de los
niños y niñas atravesados por bayonetas en medio de las risotadas, tal como le fue relatado por hermanos y hermanas de los masacrados, que lograron
salvar milagrosamente sus vidas entre los matorrales, un par
de años después a Ernie Pike – corresponsal de guerra de El
Día
de México.
Mientras
los salvadoreños recuerdan aquellos sus muertos, las circunstancias
políticas en los grandes centros del Capital no son muy distintas a los tiempos de la eterna
Dictadura de las Oligarquías al sur del Río Bravo, producidas y conducidas desde Pentágono y Wall Street, cuando sus achichincles centroamericanos les gritaban: “Fuera
guanacos, a echar pulgas a su territorio” .
El
presidente del Imperio trata de “animales” a nuestros paisanos y
“agujeros de mierda”, a nuestros países.
Así las cosas hoy, en nuestras pampas el
Cordobés Errante se presenta en la Biblioteca de Villa Manuelita,
pertrechado con las últimas noticias provenientes del Imperio y, ante la
ausencia de Windows Indulgente (por exámenes en su Facultad del
Conurbano) las expone ante en encuentro semanal de lectorxs de
incunables.
La
prensa norteamericana reporta, escandalizada, el resultado de las
consignas tuiteras en las calles norteamericanas de la Bestia Trumpiana, a estas alturas - más
que un país al que conocíamos como la patria de Mark Twain o de
Malcom X - ciudades prototípicas de lo que nuestra gran Angela Davis define
como “sistema de producción concentracionario”, en cuenta
regresiva histórica hacia el esclavismo, si nos tomamos el laburo de
consultar al imprescindible Gustavo Veiga en
https://www.pagina12.com.ar/116123-el-gran-negocio-de-las-carceles-de-ee-uu
-
El 21 de Agosto próximo la mano de obra de los presos esclavizados convoca una HUELGA NACIONAL en los
Estados Unidos. Tenemos que solidarizarnos – propone nuestro
inquieto de La Docta, quien acercó el artículo de Veiga y los frutos de su gugleo propio.
Como
por ejemplo, el cliente de una sandwichería en Manhattan - un picapleitos, escrachado por el NYT, Aaron Schlossberg - grabado gritando a los empleados
para que dejaran de hablar en español y amenazando con llamar a las
autoridades migratorias para que “echen a cada uno de ustedes de mi
país… si tienen las pelotas para venir aquí a vivir de mi dinero
– yo pago por su posibilidad de estar aquí -… lo menos que
podrían hacer es hablar inglés”.
- El culiao parece de La Recoleta porteña - comenta el de La Docta.
Este
mes, como lo hacen todos los años, las comunidades de Chalatenango
recordaron a los suyos.
Lo
hicieron como es costumbre antigua, dirigiéndose al lugar de los hechos, solidarizándose con los pueblos perseguidos como lo fueron ellos, mediante la Celebración de la
Palabra y el arte comunitario, digno de las enseñanzas del Teatro de la Crueldad de Antonin
Artaud, al que ellos llaman el Teatrillo....
Entre
los presetes se encuentra don Julio Ernaldo Rivera, uno de aquellos niños.
"Voy
a contar todo lo que puedo recordar de la masacre. A mis siete años
fui privilegiado porque pude pasarme el río Sumpul con mi padre unos
días antes... El 13 de mayo, Las Aradas ya estaba militarizada....
Esta es una zona que se presta estratégicamente para un crimen
porque está rodeado completamente por serranías y por el otro está
el río enfurecido. Ese día me encontraba en territorio hondureño,
en una aldea que se llama San José... Entre el lugar de la masacre y
la aldea sólo está el río (Sumpul); por lo tanto, escondido del
otro lado, en una pequeña altura detrás de unos árboles, con mi
padre y con otros hermanos hondureños pudimos ver y escuchar con
precisión todo lo que estaba sucediendo.
Quiero ratificar que este fue un complot muy bien montado y previamente planificado por el gobierno salvadoreño y el hondureño. Por El Salvador, tuvieron participación activa el Destacamento Militar Número Uno, la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea. Una de las acciones de esta última fue destruir un puente hamaca que unía a los dos territorios para que ningún salvadoreño pudiera salvar su vida utilizándolo.
Los
elementos paramilitares de Orden también participaron activamente
porque ellos sabían identificar todos los lugares donde las víctimas
se podían refugiar, donde se podía esconder. Ellos también
incursionaron en territorio hondureño, se unieron con soldados de
ese país para identificar a los que estábamos refugiados y que nos
expulsaran.
Fue
así como el ejército hondureño, unos días antes de la masacre,
lanzó un tremendo operativo de búsqueda de salvadoreños; casa a
casa, montaña a montaña, quebrada a quebrada y a punta de fusil,
con golpes, empujones e insultos los que estábamos en ese territorio
éramos capturados, traídos a la fuerza y lanzados a El Salvador.
Una de las consignas de los soldados hondureños era “Fuera
guanacos, a echar pulgas a su territorio” si no saben qué es
“pulgas”, es un pequeño insecto muy dañino y que está en los
perros y en los cerdos, así éramos tratados por el ejército
hondureño.
¿Cómo
pude salvar la vida con mi padre? Bueno, esa fue una verdadera obra
de Dios. Los que pudimos nos escondimos de los soldados hondureños y
de los paramilitares, hasta debajo de las piedras si era posible para
no ser encontrados... Ya todos los salvadoreños habían sido
expulsados, pero mi padre y yo habíamos logrado escondernos debajo
de un montón de maleza seca al pie de una quebrada... Ahí estábamos
cuando un soldado hondureño nos descubrió, llamó a otros y les
dijo: “Miren, acá no hay nada, sólo están este niño y este
anciano que son salvadoreños pero no vamos a cometer el delito de
entregarlos al ejército salvadoreño para que los maten,
dejémoslos”.... Nos pidieron que saliéramos del escondite, nos
llevaron a una casa próxima y dijeron “a este niño y a este
anciano vamos a dejarlos aquí, ustedes manténganlos mientras pasa
la masacre porque al ser un niño y un anciano, no quiero que también
perezcan”. Como bien dice el Evangelio, en medio de las ovejas
están los lobos, y aquí al revés, en medio de los lobos también
había ovejas y este soldado hondureño quiso salvarnos la vida. Yo
tenía 7 años y mi padre, más de 60, así pudimos escapar.
Cuando
estuvimos en ese pequeño cerro, cubiertos con la maleza, pudimos
presenciar todo lo que ocurría al otro lado. Vimos cómo empezó el
ametrallamiento. El Ejército hondureño cerró completamente el paso
hacia Honduras para que nadie pudiera pasar, el (Ejército)
salvadoreño hizo una emboscada, cercó a la gente y cuando el
círculo estaba cerrado, empezó la masacre. Ametrallaron
indiscriminadamente a la población que en su mayoría eran niños,
ancianos, mujeres embarazadas, gente que habían sufrido, habían
aguantado hambre, que ya no podían más, entonces se habían
concentrado en ese lugar.... Si una equivocación cometieron fue
pensar que esos soldados, esa guardia, ese gobierno tenía sentido
humano como tantas veces se proclama.... Si un error cometieron fue
creer que al ser niños, ancianos, mujeres embarazadas y enfermos,
les iban a respetar la vida, porque para estas fieras sedientas de
sangre no importaba que fuera gente indefensa igual cometieron la
terrible masacre.
Vimos
cómo ponían a hombres en fila y los ametrallaban cobardemente....
Vimos cómo los niños eran arrebatados de los brazos de sus madres,
eran tirados al aire, cachados con sus enormes cuchillos y luego
lanzados al río Sumpul.... Hay testimonios de personas que
sobrevivieron y que viven el municipio de Las Vueltas, como doña
Chinda... Ella todavía está viva y lo que dice es que a las mujeres
embarazadas se les tiraba una patada o un “culatazo” al suelo y
con los cuchillos les abrían los estómagos, les sacaban los fetos y
tras la sonora carcajada de los soldados, de los militares y de los
guardias, las lanzaban al río.
Todo eso tuvimos que ver...
También
oíamos los llantos tristes de los niños. “¡Mamá, mamá!, ¡Papá,
papá! vámonos, corramos”.... Podíamos escuchar el llanto de las
madres pidiendo clemencia, “No nos maten, no somos guerrilleros,
somos población civil, no debemos nada”, pidiendo que por lo menos
les perdonaran la vida a sus niños y ante eso... la respuesta eran
risas, insultos, ametrallamientos y trapasos de cuerpos con sus
enormes cuchillos.
Mucha
gente luchó por salvar su vida y sí, algunos, gracias a Dios, lo
consiguieron... Cómo no mencionar aquí - Ya que se habla tanto de
los próceres, de los héroes - al padre
Beto,
norteamericano, al padre
Fausto Milla,
hondureño, y al laico Mario
Arguiñal,
quienes desafiando el peligro desde el lado hondureño y
enfrentándose cuerpo a cuerpo con los soldados de ese país,
rompieron el cerco militar, se metieron al centro del río Sumpul y
les arrebataron a los soldados salvadoreños de las manos, casi de
los fusiles, a los niños para pasarlos al otro lado.... Los soldados
se oponían pero los dos sacerdotes y el laico batallaron y pelearon
a empujones, a codazos, a como diera lugar y así le salvaron la vida
de muchos niños, de varios ancianos y de varias mujeres, esas
personas merecen estar en esa calle que oigo que se llama “La calle
de los próceres”... Ya
uno de ellos ha muerto.-"
Fotos
y testimonios:
Proletario Suizo.
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Mi querida Trine: Acabo de verla en las fotos que saca el Proletario Suizo, de los dos conocido y me emocionó mucho reconocerla en el homenaje a nuestros caídos en el Sumpul. Qué garbo para quemar la bandera gringa, mi vieja heroina. Lo de vieja es un decir, pues se la ve bien tuanis. Enseguida me acordé la tarde en que el Enemigo ya se iba de salida por Las Flores, creo, y teníamos como cinco días de hambrear perro. Ya me estaba pudriendo y como no podía esperar más, decidí salir a explorar con tal de no seguir muriéndome de tristeza entre aquellos matochos. Si mal no recuerdo era la primera Guinda que me tocaba. En ese momento Ud. Y el Santos me llaman aparte y quedito, de la reservita que tenían, me dan un guineio para que tenga. Todavía lo siento con toda la gloria en mi paladar, mi querida mamá chalateca. A Santos no le digo nada porque es medio bandido y a saber dónde anda ahorita... De veras, dele un grandísimo abrazo. Los quiero mucho a los dos, son eternos en mi corazón. Cuídense mucho y cuídenlo al Suizo Loco que gracias a él se sabe algo de Chalate en el mundo. Desde Argentina, los abraza: El Viejo Nico*. 16 de Mayo de 20018
*El
mismo que llegó dándoselas de Ernie Pike entre Los Hacelotodo, sin sentirse
en tierra extranjera ni ahí. Otro más, arrimado al ámbito acogedor de la Biblioteca de Villa Manuelita.
Camarada
Dock Sur
Gracias por devolvernos nuestra historia y memoria latinoamericana!!!
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