miércoles, 14 de marzo de 2018

Elogio de Los Melones


                            Foto: Daniel Villella - Templanza Suramericana

                                                                                                       

 A mi compañera Ilda Marques

No pierdan el tiempo en acomodarlos... Los melones se acomodan en la marcha.”
                                                                           Juan Perón


Una de cal y otra de arena, General, esta vuelta la pegó… No como en la previa, cuando la pesada metalúrgica se caga a tiros con su propia sombra en el Palco, nosotros en el medio y Usted que nos hace la pera... Esta vez Evita, va a presidir desde el edificio de su último abrazo, General, el mismo de su candidatura a la Vicepresidencia. Para empezar la Jornada, se deja oír por los altoparlantes el insolente chicotazo de su voz, hendiendo toda la 9 de Julio hacia Constitución, yendo a rebotar al otro lado del Riachuelo, donde la flamante Hiena Alfa se prepara y la preparan en el banco de suplentes. Nada es igual...


Ezeiza...” - se pasa la mano por la pelada el jubilado tornero rectificador Leocatta, al lado mío - radiante mediodía al plantarnos frente a la sede de la UADE (“Acá se vienen a formar los que, después, nos van a cagar a nosotros”...) relojea alrededor, añade despacito y, como síntesis en cuerpo presente, rimando los bombos y los redoblantes el conocido apotegma acerca de los melones.

Y sí, la embocó... Evita al frente pero con la cabeza de los dirigentes o, en otras palabras, la bocha de “ausencias que suman”. El arte de la parola presta ante el abismo del Apriete. A los muchachos no les falla, hay que reconocérselo, por fulero asome el porvenir invisible de la economía… No me diga que no se acuerda, General, del “minuto loco de la Historia”.... Que fue como uno de ellos designó aquella balacera - justamente lo que mi amigo Leocatta, rememora - uno de los mismos que después - cuando el Imperio del Capital y la Santa Banca terminen de concretar la jugada contrainsurgente – les van a caber las generales de la ley. Se van a tener que bancar cana (y picana, en algún caso...) aunque el hombre no abre, ni ahí la boca y deja con las ganas de robarse las “cuentas” orgánicas a sus verdugos, ansiosos por enriquecerse. Que es por lo que vienen ahora los herederos offshores, saliéndose de la vaina por resetear, un siglo después, la Semana Trágica de Enero de 1919 que sus antepasados les deben a nuestros padres y abuelos. Pero de ahí a exigirle el manejo político de la trastienda histórica - más de cincuenta años atrás, estamos hablando - sería demasiado pedirle a un alero de Vandor y, menos aún, a cualquier discípulo del Loro. Esa última tarea entre todos los recuerdos del futuro - por lo menos para los vagos del montón cuando la masacre desatada corte el aire alrededor suyo, General - le va a quedar a Dardo Cabo y al Desca...

Evita al frente, pues... Al centro, forman filas los trosquistas, camioneros a la derecha y a la izquierda, nosotros... Todo bien... Los camaradas que tienen que tirarnos un palito con tal que los dejen hablar en la Tele, los compañeros que están de vuelta en el nombre del Hijo, y para no pegarse el palo de sus vidas por tres generaciones y nosotros, que esta vez la hicimos cortita: “¡Paro General!”.... Mientras los entendidos desde las tribunas futboleras, antes que nada y por las dudas se largan ansiosos a deconstruir el Edipo presidencial. Fíjese, incluso la Sarlo quien llegó a digerir durante su fase maoística a Lopecito, nada menos, no se banca más esta mierda. Y eso que la tipa a la cancha capaz que no va, aunque le basta andar tomando notas por la calle, cada vez que salimos.

Me pregunto, General, si al final tuvo de veras Ud. la dicha de un sentimiento oceánico (el gozo de las voces todas...) como el de Vamos a Volver... Todo gracias a Yo La Peor de Todas y esto, no creo vaya a sorprender, tan luego a Ud... Porque el complejo oligárquico del pauer que pesa sobre los argentos desde ahí arranca, General, desde el mero minuto loco. Si no fíjese los apellidos prontuariados en Italia alrededor del comendatore Licio Gelli, la OTAN y la pmqlparió... Estos tipos, mientras contrabandeaban con los milicos como si se hallaran a cargo de la Aduana de San Telmo durante la ocupación británica de William C. Beresford - todo lo que antes se producía y daba trabajo a las gentes - hasta el autodenominado cordobesismo en tierras del gringo Agustín Tosco y el negro Atilio López terminaron de monsantear, a partir de aplicar con diligencia el código de acceso menendizado en La Perla. Y así cualquiera: a cada escamoteo crematístico, a la retaguardia de cada negociado público, les queda de reflejo un apaño político “ni – ni” superlógico, incrustado en el Movimiento...

Sí, está bien, Ud. moría por los bizcochitos de grasa y no terminar como el general San Martín o Don Juan Manuel, pero acá tuvimos que aprender, hasta los negros y será de tanto que nos inundaron con importados, a aguantarnos los scones, es verdad “No hace falta” putear... para acuerpar modales de las multitudes más proles, organizadas y tiernas de Nuestra América, ahora que el Niunamenos hace punta por todo el Mundo... ¿Se da cuenta?...








Mediante las luchas sociales de los Noventa conseguimos, por ejemplo, transformar la tercera persona del singular (Perón,Vuelve…) en la primera del plural y disputa - ni siquiera “de consignas” hizo falta - pues con hacer zozobrar su guerra solapada entre bolazos, que todos los santos días nos hacen los garcas - alcanza y sobra... Ahí los tiene: Santiago Maldonado y Rafaél Nahuel... Calidad humana, por eso anote estos nombres entre los inolvidables...

Con lo que la mano viene más digna del Popol Vuh – y su terrenal génesis de dioses vencidos merced la inteligencia y el afecto inter - generacional de los Engendrados – que de Caín y Abel a los premios y el paraíso perdido del pueblo elegido. Si nos ponemos a pensar – dado que de intemperies algo sabemos - más pegadito a Jesús (Carlos Villamor encabeza una lista en la Biblioteca de Villa Manuelita….) y a las gentes de Espartaco y de Crixus (…el que escribe se larga a suscribirla con lxs Muchachxs de Trelew.) que por veinte siglos se hicieron cargo de todos los colores y sin necesidad de pasarle factura a terceros expiatorios.

Evita no se equivoca, su lectura, para decirlo más claro: su escritura mediante instantes últimos del Cuerpo, se nos instala a la par de Walter Benjamin, en esto de conducirnos con los tiempos largos de la Historia: por algo los Odiadores de Roma (¡Al carajo con el individualista y usurero de Voltaire!..) ya estigmatizaban por fanáticos a los nuestros...

Y a mucha honra, porque esta vuelta lo que se dice individuos violentos, no vaya a ser resulten los mismos ciudadanos que, creyéndose el verso amarillo, votaron esta porquería de gases lacrimógenos. En cuanto a nosotros, el acto – y tal parece según data propia - lo salvaron de otro estropicio infiltrado, dos mujeres desencontradas. Sí, como lo oye. Dos fanáticas sueltas, igual que las que el 31 de Marzo encararon a los ex – Triunviros del atril: “Poné la Fecha lpqtparió”... Y si no escuche – Leocatta que no se pierde una, me codea: “Fijate estas dos” - mientras pispeo a las dos recién llegadas y registro lo que dicen:

- Boluda, quedamos en Lima y Belgrano y cuando llegué, eran las dos y media, ví unos encapuchados que se sacaban las máscaras y se iban. Esos tipos no son laburantes.

- Callate. Llego frente al Instituto el Cine y la calle, detrás del palco primero estaba vacía, pero llegan como veinte tipos y se ponen a cortar la calle. Se empiezan a envolver la cabeza y la cara, solo se le veían las miradas, con una práctica que ni yo tengo. Entran a repartirse los palos, negros y prolijitos, hasta las muñequeras, como los de la Policía. Todos disfrazados igualito. Veo que sacan una bandera roja y negra. Pregunto y no sabían ni lo que significaban las siglas, la verdad intimidaban... Más allá estaban unos camioneros, contentos, tranquilos, tomando y otra mujer, grande, que maternalmente los cuestiona... Ahí ya me entro a sacar y les pregunto de dónde son. “Del Conurbano” dicen. Les pregunto de qué organización son. Y ahí, nada. Me miran con violencia. Y yo otra vez: “Ustedes no son laburantes”. Y ellos, nada. Les grito quién es el responsable de la organización y adónde está. Nada. Voy a buscar a la mujer maternal y en eso sale el más viejo:

- Nos tapamos así para que no nos identifiquen – dice.

- Ustedes están provocando – le digo. Era un tipo algo gordo, me mira feo y pregunta: “¿Qué prefieren: a éstos que se están con una botella de cerveza en la mano o a nosotros?”

- Ahí salta la otra mujer: “Ustedes están provocando. Son infiltrados. ¡Para que venga la cana y nos caguen a palos después!...” Y el tipo: “Estamos haciendo como en los Setenta ¿Y vos de dónde sos?”... La otra mujer: “Yo vengo militando desde los años Setenta y siempre fui del PC. ¡¡¡Qué estas diciendo!!!”… Y el tipo que le dice: “Soy del PRT”... Y ahí le salto otra vez:

- Vos no sos nada del PRT. Y limpiate la boca antes. Decíme quién es el responsable de esto – y es cuando nos muestra tres mujeres, hablando por los telefonitos, que se ponen delante de los encapuchados.

- ¡Ustedes no son militantes, ustedes son serpicos! Y se tienen que ir. ¡Acá no tienen nada que hacer!... “Y ustedes quiénes son” nos dice una.... “Del Partido Comunista” - les vuelve a decir la otra mujer y me agarra del brazo: “Venite, vamos a verlo a (Eduardo) Jozami” y yo le digo: “Vamos a avisarle a los compañeros” y mientras no íbamos les decía de todo de tan sacada que estaba... ¡estaba tan cagada!

En ese momento, Leocatta me pega otro codazo, mientras susurra: “¡Mirá y todavía dice que tiene miedo!” - pero en ese momento los llaman, y después me cuenta: “Mi señora está viendo la tele y se siente preocupada… ¡¡¡¡Viste los encapuchados con los palos!!!! Eso están mostrando….”

- Me caigo de culo, hermana, lo que me estás diciendo... – a esas alturas ninguna de las dos amigas de al lado, prestaba atención a los discursos provenientes del escenario - El acto estaba anunciado a la tres… Con la otra mujer nos separamos para llamarte a ver dónde corno estabas… Por esa misma calle, detrás del palco, al rato que vos viste irse a los chabones, tenía que entrar la camioneta que traía a Moyano, las de Grabois, las de Yasky, las de Micheli y todos los oradores... ¡El quilombo que hubiera sido!

¿Se da cuenta, General?...

Ud. le diría “manejo táctico sobre el terreno”. Evita, esa misma noche habría armado una gran peña con los poetas para celebrarlo, hasta arder las velas en el Hogar de la Empleada, junto a estas compañeras. De cualquier manera, no les vendría mal a los oradores echarse un repaso - por si las moscas Ni-Ni siguen cargosas - y desenterrar el Programa de Huerta Grande de 1962.

Esto fue el 21 -F y por cualquier cosa, el 8 – M nos volvemos a ver.

Las mujeres son la clase universal de los seres humanos, General, y si se lo menciono, no es solamente para honrar a nuestra ardiente Profeta de la Aurora, como le decía Marechal. Tampoco para venir a hacernos los hegelianos ahora, con “escenarios” donde hasta el último orejón del tarro tiene algo para decirnos, pero si no es por ellas, queda perdido en el ruido, el sentido común se le pianta entre los que se miden a ver quién la tiene más larga.

La metamorfósis popular y prolongada del Minuto Loco de Ezeiza en la astucia cabecita de la Historia, es sin embargo cosa política harto fehaciente a estas alturas del Tercer Milenio.

Ud. General – a pesar de ser irremediable milico, como decía mi Vieja cuando se ponía brava, cada vez que se mencionaba el “renunciamiento” de Evita - machista no fue...

Si no, yo no le cuento un carajo.-
23 de febrero de 2018
Nicolás Doljanin