viernes, 14 de diciembre de 2018


Astro de la ternura


Foto: TEMPLANZA SURAMERICANA

A lxs trabajadorxs del Subte, amenazados por la misma Plusvalía y a los presos políticos del macrismo.

 

"Usted compañero / es de los de siempre”1 /De los que nunca/se rajaron, /¡carajo! /De los que nunca/ incrustaron su cobardía/ en la carne del pueblo. // De los que se aguantaron/ Contra palo y cárcel, / Exilio y sombra. ///Usted,/ Compañero,/es de los de siempre.///Y yo lo quiero mucho, / por su actitud honrada, / milenaria, / por su resistencia / de mole sensitiva, / por su fe, / más grande / y más heroica,/ que los gólgotas/ juntos/ de todas las religiones".



No es Brecht, es Otto René Castillo, el poeta amigo de Roque quemado vivo por esbirros guatemaltecos del Pentágono y alcahuetes de la Alianza para el Progreso gringo en 1967, quien lo define. 

Alberto Piriz, hijo de mamá peronista del barrio porteño de Saavedra, militante social primigenio de la Isla Maciel (aunque en aquellos tiempos decir “militante social” no daba ni ahí...) por último nuestro Marinero Yoga entre los kátaros de Cristina.

Foto: TEMPLANZA SURAMERICANA




 
Foto: TEMPLANZA SURAMERICANA

Todos ellos han de estar de acuerdo y conste, son lo mejor de nuestro porvenir, le escuchaba decir a Alberto, cada noche que me acercaba hasta mi casa. 

Los versos del guatemalteco le caben incluso más allá del pudor que, sin dudas, a él le daría escucharnos recitar “multitudes delirantes” y/o “aceros del pueblo” en estos días dominados por los amos y los asnos, con perdón de nuestros hermanos los burros.

Porque en el año 67 del siglo pasado el sencillo proletario andaba con el cuerpo demorado dentro de la Noche de Los Bastones Largos descargados por Onganía sobre la Universidad en la calle Perú (pero aclaraba: “por la puerta que no sale en las fotos”...) y se ganaba la vida en los barcos, por los siete mares, y en lo que le tocara bordo con tal de honrar su conciencia de clase. 

- "Acá pibe, una de dos: o los tiburones o (trabajar en) la caldera", fue como me recibieron al ver que me las daba de bohemio. 

La soberanía del trabajo y el colectivo, para decirlo en términos tan apropiados como isonorizados en la política y en la vida.




 
Una noche de esas, al cabo de un encuentro con Amado Boudou contándonos cómo fue que un rubio como él se encontrara entre nosotros, mientras esperábamos que el semáforo cambiara del rojo, le hablé de Simón.

Cualquier viejo obrero sabe de qué se trata, sin necesidad de diagnóstico médico, por eso fue raro que, una vez jubilados, votaran idioteces. 

Como soy un pibe del Docke tuvo que ser el viejo Simón Wlichky quien me diera entender los efectos letales del asbesto sobre el cuerpo de lxs compañerxs, como también actualmente los del Subte, consabida maldición de  generaciones de proletarios quemados en los altares de la Plusvalía.  

Otro que en su niñez soñaba con el mar en andas de versos de Hector Pedro Blomberg2  






Simón dejó temprano la gomera y partió detrás de ensoñaciones de “El Farolito Rojo”, desviándose de anhelos maternos por ser un empleado de tienda, y apenas pudo volver a los muelles del Riachuelo, se subió a un barco de la gloriosa Flota de YPF y, golpeado después por dolores infinitamente mayores en su vida, jamás permitió se mencionara la siniestra palabra en su presencia.


En cambio prefería volver, una y otra vez, sobre la jornada del 17 de Octubre de 1945 cuando se sentía joven eterno y orgulloso por haber formado parte de la historia con tantos trabajadores juntos en la Plaza de Mayo. 

Digo en clave de memoria de masa (o del alma) pues en términos políticos ahí permanece imbatible el testimonio del rol militante de don Anibal Villaflor, primer alcalde peronista de Avellaneda rescatado en plena reversión ideológica de los Noventa por Enrique Arrosagaray 3

Todo esto permanecía vivo entre Alberto y yo, mientras compartíamos la risa y su especialidad en anécdotas desopilantes, tampoco fue necesario mencionar la siniestra palabra cada vez que últimamente lo llamaba por teléfono para ver cómo le iba con la quimio.


- No te calentés si un día no te atiendo, vos seguíme llamando...


Querido Alberto: Por eso sólo te cabe el título de “astro de la ternura”. 

Si no fuera además por nuestra memoria peruka de Hijos de Madre, sello Aurora Venturini, mientras volvía a despertar nuestra infancia de Unicos Privilegiados en los años 50´s.


- Mi familia era de peronistas, empezando por la Vieja. Incluso, un sector que eran milicos. Hasta un general por ahí. El primer cambio que recuerdo se da cuando muere Eva Perón. No me olvido. La mitad del living hizo mutis por el foro, la tengo a la Vieja mirando de reojo, callada, desde la cocina.


- La mía cómo una letanía... “Tres días haciendo cola y no la pudimos despedir”. Para colmo cumplo años el 26 de Julio. ¿Y qué dijo tu vieja cuando volvió Perón?


- La Vieja caminaba por las paredes. “¡Qué viene a hacer ahora este Viejuemierda!” No se lo bancaba...






- ¡¡¡¿¿¿No me digas, tu vieja también decía eso???!!!

 
 - Yo creo que no se bancaba el “renunciamiento” de Evita. Nunca le perdonó que la dejara sola.





- Hoy la Vieja estaría chocha con los pañuelos verdes...


De la mía tendría que pensarlo, pero gracias, Alberto. 

Tu vieja desde Saavedra, la mía desde el Docke, en la otra punta del hecho maldito, sentían y pensaban lo mismo. 

Obviamente, las dos tenían entonces más o menos la misma edad de Evita Hay Una Sola. 

Y ahora me queda claro porqué le dejamos la Plaza al General durante "el plesbicito" del 1° de Mayo de 1974, y que no rompan más las bolas.

La memoria es soberana, más allá de lo que digan los registros hegemónicos, si se trata de entender el retorno a la edad del orgullo para las multitudes, la Orden de Bajar los cuadros de Néstor el 24 de Marzo de 2004.



Por lo menos, entre quienes como vos, nunca incrustaron su cobardía en la carne del Pueblo.  

- … Y sería otra fanática más de Cristina. Mientras, nunca falta el machirulo ¡¡Y de la edad nuestra!!! que no se la banca por el solo hecho de ser mujer.



Entretanto, somos invictos de la generación de argentinos que aprendía a amar (perdoná por tener que puntualizarlo...) sin que se nos ocurriera dar órdenes a la mujer. 

En efecto, nuestra Generación Trelew, primera capaz de generar, como tal, una pareja política.

Cómo que no nos van a odiar.


El otro día pasé por la esquina de aquel semáforo en rojo. 


Sobre la ochava cremita que da al sur, alguien pintó con aerosol: “Ni un día de paz para los ricos”.-
 



Nicolás Doljanin

Edición: Ilda Marques








1 Bonus Track: DE LOS DE SIEMPRE. Usted, /compañero, /es de los de siempre. /De los que nunca/se rajaron, /¡carajo! /De los que nunca/ incrustaron su cobardía/ en la carne del pueblo. // De los que se aguantaron/ Contra palo y cárcel, / Exilio y sombra. //Usted,/ Compañero,/es de los de siempre.//Y yo lo quiero mucho, / por su actitud honrada, / milenaria, / por su resistencia / de mole sensitiva, / por su fe, / más grande / y más heroica,/ que los gólgotas/ juntos/ de todas las religiones.// Pero, ¿sabe? / Los siglos/ venideros / se pararan de puntillas / sobre los hombros / del planeta, / para intentar / tocar / su dignidad, / que arderá / de coraje, / todavía. // Usted, / compañero, / que no traicionó / a su clase, / ni con torturas, / ni con cárceles, / ni con puercos billetes, / usted, / astro de ternura, / tendrá edad de orgullo, / para las multitudes / delirantes / que saldrán / del fondo de la historia/a glorificarlos,/a usted, / al humano y modesto, / al sencillo proletario, / al de los de siempre, / al inquebrantable / acero del pueblo.


 
2 Bonus Track:  LAS DOS IRLANDESAS Aquí estoy con los chinos y las dos irlandesas/que llegaron a bordo del "Jamaica Marú";/Maggie, la mayor, tiene ojos como turquesas/ y bebe gin en este viejo bar del Dock Sur.//Nancy, la menor de ellas, parece una gitana,/pero nació en el barrio más pobre de Dublin;/arde en sus ojos negros una pasión lejana/ y en su pálida frente hay una cicatriz.//¿De dónde las trajeron los chinos taciturnos?/ Maggie me habló al oído: los conocí en Shanghai/ (En el bar se movían los murmullos nocturnos/ y en los labios de Nancy se apagaba un cantar)...//El "Marú" había partido con rumbo a Yokohama/Maggie me amó en las noches siniestras de Dock Sur;/ me hablaba de su vida errante y una llama/de pasión palpitaba en su mirada azul.//Nancy junto a nosotros cantaba dulcemente,/canciones misteriosas de la china y del mar/¿quién las llevó de Irlanda al infierno de Oriente,/ y por qué las trajeron los chinos de Shanghai?//Pero yo amaba a Nancy, la irlandesa morena;/los chinos silenciosos, miraban a las dos;/las casuchas dormían bajo la luna llena/en los negros navíos temblaba un resplandor.//¡Nancy! ¡Nancy! Una noche su canción quedó trunca/los chinos dormitaban borrachos de chandú.../¡Pobre Maggie! esa noche bebió más gin que nunca,/y se lanzó a las aguas oscuras del Dock Sur. 


 3Arrosagaray, Enrique. Los Villaflor de Avellaneda. Buenos Aires: De la Flor, 1993

1 comentario:

  1. hay hombres que luchan toda la vida...esos son los imprescindibles! Buen viaje a las estrellas Astro de la Ternura!

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