Para qué le habré preguntado al Proletario Suizo, nuestro corresponsal...
Es quien cuida la vida de todxs nuestrxs muertxs. No lo hace solo. Al Proletario Suizo le acompañan infatigables veteranas de Chalatenango Heróico.
Desde hace añares se toman el trabajo por los cinco partidos que integran el FMLN.
Y porque el que es un revolucionario, como reza el corrido, nunca lo da por muerto al otro.
Seguimos conversando.
“¿Es
nuestra Chofi la
Rosa Amalia Cortés
de la última efemérides que mandaste?... Podés confirmarlo con la
Julieta”.... Y la encontró en una convención multitudinaria de
nuestro movimiento y la Julieta, también conocida como Auri en
ámbitos charraleros del glorioso Frente Apolinario Primera Línea de
Fuego, se lo confirmó así nomás: “Murió en estado de abandono”.
Dos
correos más y tres días de por medio, el Proletario Suizo (aún con
celos...) aprovecha para resucitar a mi perro Guardián de Llanitos.
Famosísimo entre la mara del Chalatenango de aquellos días, debido
a su entrenamiento infantil, para reír (si uno así se lo
ordenaba...) y cuidarnos por desición propia... Y así me ha tocado
conocer que, en el interín, también Rhina Lilian Clará, nombrada
Julieta o Auri en los Charrales, ha decidido acompañarnos desde la
eternidad de nuestrxs amadxs.
Que
es cómo solemos enteramos, indefectiblemente, de sus nombres y
apellidos propios, o digámoslo así: legales.
Julieta
(sentada muy atenta y a la izquierda en la foto...) era una militante
todo terreno, cuando llegó al Trigal con dos niñas encomendadas a
su cuidado. Un cierta discreción extrema, como para dar vida a sus
actos, era su modo de ser, adquirido en circunstancias que desconozco
pero imagino. Las pequeñas Eva y Victoria, pasaron una época muy
difícil en el campamento de Gérman, esperando seguir camino para
reencontrarse con su papá, asentado en la zona de Arcatao. Nunca nos
vimos obligados a cruzar tantas veces el Sumpul, tiliches al hombro.
Cierta vez, el Enano amagando hacernos re - cagar desde territorio
hondureño, casi se lo comen crudo al Goyo, con las aguas barriéndole
las rodillas, porque nos grita que retrasábamos la marcha:
- Mejor, fíjese en sus modos (Chofi)
- No son los de un revolucionario (Julieta)
Nuestro
milagro diario fue la alegría de esas dos niñas, pero tanto
Julieta como Chofi, se negaban a “hacer de madres”, ocupadas todo
el día y no pocas de las noches, en las tareas que se nos
encomendaba: la edición y distribución, llueve o truene, con el
Enano encima o en el fondo de una quebrada en pleno temporal, del
periódico Venceremos.
Cámbiele
el paisaje a la hazaña más grande, alguna vez conocida,
protagonizada por los pueblos durante el Siglo XX, quítele la nieve
y el cemento, saque al nazi y sustitúyalo por un chelito macdonald´s
echando los bofes, póngale guanacos conversando quedito la lengua de
Quevedo y va a tener frente a Ud nuestro humilde Stalingrado.
Si
todavía le caben dudas, vaya a Chalatenango y pregúntele a lss
viejitxs por Gusnino.... Si no le alcanza el pisto
para viajar, véase la peli de J.J. Annaud (Bajo
fuego enemigo)
y brinde a la salud de todos los aquí mencionados.
Nadie
es capaz de leer
como un(a) pobre que lucha por lxs otrxs.
Por algo toda esta historia empieza con el Pueblo del Libro.
Lxs primerxs en prohibirse poseer esclavxs...
Aunque
provenientes de dos extremos opuestos de la sociedad de clases, la
reflexiones de la Julieta y la Chofi, mientras trabajábamos, son
dignas de figurar entre lo mejor de la ideología práctica de las
pobrerías laburantes.
Una
Escuela Popular de la Contra - violencia, habida cuenta del combate
colectivo diario desarrollado, contra esas operaciones ideológicas
en gran escala, denominadas entonces “redes” (de consumismo y
delación…) por la Contrainsurgencia norteamericana. Y
constituyentes de la médula de la llamada Ingeniería del Consenso
(E. Bernays) en todo tiempo y lugar del Capital.
- Nuestro partido se ha salvado de la destrucción, no pocas veces, gracias a la calidad humana de sus parejas (Julieta)...- Igual entre nosotros, en San Vicente. Nuestros hombres muchas veces son dundos. Al Enemigo nunca hay que permitirle que se haga una idea. Se lo vence en el trato humano, usté (Chofi)
Julieta
era una mujer notable por lo hermosa, pero no conocí otra compañera
más aburrida,
esa es la palabra, con el machismo nuestro de cada día. Ni más
discreta ante el dolor o indignada hacia la hipocresía ambiente en
ámbitos partidarios. Bien sabido es, la Conciencia embellece a
quien pelea por los de más. Y a la categoría negativa “machismo –
leninismo” la tenía en la punta de los labios. Chofi, por otros
caminos, llegaba a las mismas conclusiones: “En la vida anterior
nuestra, se decía el sueño es hombre, pero hay que ver si como
ronca, duerme... Eso, también se decía...”
Ni siquiera el Firulay, a quien debíamos la vida gracias a una mina que detuvo al Enemigo una noche entera, pero a costa de sus propias manos y nuestro jefe de Campamento a la sazón, se podría librar de la crítica de Julieta y Chofi.
Y ni se diga cuando se les sumaba la Negra Ana María. La Filomena admirada por el Negro Hugo como mujer combatiente del primer destacamento de las Uvé en los tiempos de la Guerra Descalza. Y la más joven de nuestro equipo transhumante:
- Usté, lo considera porque es heróico pero se equivoca – cerraban filas las tres.- Firulay es un hostigue. Vos lo consentís demasiado. Eso no me parece bien.
- Está bien, ya es mucho chambre todo esto.- Nové. Ahora usté que nos acusa… – la última palabra debía ser de las tres, como corresponde - ¡Y quién es el que empieza!
Rescato
frases perdidas tal vez por otra asociación de ideas, pero la
memoria me las devuelve al compás de las tareas, por eso digo:
memoria de masa. Cada tareia era un reto entonces. El Venceremos
salía
como un relojito, hagamos pues camisetas para la mara y serigrafía...
A saber cómo es eso hagámoslo y ya...
- Pavel sabe, preguntémosle (Chofi)- Tiene pereza pero nos va a explicar lo que no sepamos (Julieta)
Como
no debe existir mayor atractivo entre gentes de trabajo que mirar
trabajar a los otros, a la Eva y a la Victoria que dibujaban mientras
cotorreaban a la par nuestra, se le sumaban los compañeros de
Seguridad: Felipito, Matiítas, Robertillo, Gusnino y, le voy a decir
Sebas pues he olvidado imperdonablemente cómo se llamaba, un genio
del dibujo (infinitamente más talentoso que este servidor... ) capaz
de desarrollar un combate con todos los detalles en una hoja de
cuaderno y a todo color, combatiente por combatiente, soldado por
soldado, arma por arma...
Hasta que llegó la tarea de editar la Vida de Van Troi, un verdadero bestseller salido de factorías propias, gracias a nuestro mimeógrafo vietnamita, también conocido como “de palo”: marco de madera, tela para serigrafía y una espátula labrada de una vieja llanta de tractor por el genial Chespirito de Arcatao, mientras observaba, en el Limón, Montañita abajo de dónde se apostó por esos mismos días el militante comunista argentino Marcelo Feito, cómo nos fatigábamos al pedo con cierto artilugio de madera.
Hasta que llegó la tarea de editar la Vida de Van Troi, un verdadero bestseller salido de factorías propias, gracias a nuestro mimeógrafo vietnamita, también conocido como “de palo”: marco de madera, tela para serigrafía y una espátula labrada de una vieja llanta de tractor por el genial Chespirito de Arcatao, mientras observaba, en el Limón, Montañita abajo de dónde se apostó por esos mismos días el militante comunista argentino Marcelo Feito, cómo nos fatigábamos al pedo con cierto artilugio de madera.
- Las bichas sanitarias están enamoradas de Van Troi (Chofi)- Muchas veces les negamos los sentimientos... (Julieta)
Y
no se a cuál de las dos se les ocurrió la gran idea: “Porqué no
les pedimos a los Compas que hagan poemas y se los editamos?”...
Todavía me acuerdo la cara y la respuesta del Cabito:
- Pero yo lo más que escribo es un correo para Gérman....- Usted, hágalo como le salga, acá se lo cortamos en versos....
De
eso se trató la Revolución Salvadoreña.
El
poema tal vez más logrado de los Charrales entonces, se titulaba
“Mataras” y fue creación de una compañera recién llegada de la
Metro (San Salvador) – bastante ninguneada subjetivamente por su
pareja, cuadro “machista – leninista” el tipo - pero el
hallazgo más festejado con Julieta y Chofi, fue una delicadísima
metáfora de Maclovio, acerca de la última vez que lo habían
herido: “Dos aires sentí/ entrarme al pantalón”.
En
la discusión que tuvimos que dar “ante los organismos” para que
aceptaran el dibujo de Sebas (o como se llame) en la Portada del
folleto, hubo que afrontar el ridículo hasta que Gérman laudó a
favor nuestro.
La
mara tenía su poemario y quién les podría quitar lo bailado.
Cada
vez que las recuerdo a Julieta y a Chofi, ahora que vamos quedando
cada vez menos capaces de hacerlo desde la memoria de masa, su
memoria se asocia a los peores tiempos que le tocara pasar a nuestro
pueblo y su causa libertaria.
Esto
viene de hace muchos años, si no siglos.
Mi
– Nuestra generación…
Desde
aquí en la Argentina hasta allá, El Salvador, podemos denominarnos
La Generación de Trelew. Nos encuentra juntos la masacre del 22 de
Agosto de 1972 y la solidaridad presta de las FPL Farabundo Martí al
debutar durante su Primer aniversario, 1973 en San Salvador.
Nuestra
generación tuvo en común el mismo concepto de la Política. Ese que
nos previene: a la clase dominante, para que haya Democracia y no
simplemente una pantomima electoral, no le cabe el papel de clase
dirigente. Aristóteles pensaba lo mismo... O para no irnos tan
lejos como la cabrona Hélade, el padre Montesinos al decirle, por
primera vez, a nuestros hermanos emplumados: “Ustedes y nosotros,
somos hermanos de Jesús”...
Y
aquel achichincle arenero o macrista Diego de Colón, que le reclama:
“¡Qué les está diciendo, Padre! ¡Cómo mierdas los hacemos
trabajar ahora!”....
De
modo tal, es imposible desligarlas a Julieta y a Chofi de cierta
certeza por la cual, todos nosotros mal llamados sobrevivientes,
debemos a las mujeres militantes - como colectivo del corazón de
Virginia Peña Mendoza, nuestra amada Chana, ellas dos estarían de
acuerdo con lo que escribo - el haberle podido doblar el codo a la
Muerte y al Genocidio. Haberlo podido durante el lapso histórico del
mayor y más despiadado despliegue del Poder del Imperio y la Clase
de Los Oligarcas, contra los Engendrados.
- Calidad de compa que tenía Chana: el Chusón (Julieta)
Mujeres
libres e infatigables todas ellas. In-so-bor-na-bles en el Afecto.
Capaces de cargar con todas las angustias del colectivo entero en el
peor de los trances. Sin especular ni esperar órdenes. Creaban
alternativas de Vida a su paso. Creo que es un rasgo que se remonta a
los tiempos más atávicos de la Humanidad sobre la Tierra: toda
sobrevivencia colectiva se les debe. Sea en la Querella de las
Mujeres que le abriría el camino a Robespierre y su rescate de los
Derechos Naturales o en la empresa histórica de los Libertadores de
Nuestra América. Sea en el medio del Amazonas, entre los Sioux o en
la Tierra del Fuego de los extintos Selknam. Pero en el caso
particular de nuestros Charrales, harto conocían ellas la
servidumbre burguesa, el teatro de la crueldad matrimonial, como para
renunciar al goce de la ternura entre camaradas.
Tanto
Eva como Victoria tuvieron así su mejor escuela. El campamento
entero las promovió a ser nuestras mejores compañeras. Y tal
porque ni Julieta ni Chofi las consideraban “menores de edad”.
Y
cómo las extrañamos, al día siguiente de su partida:
-
Se nos fue la Niñez – escucho susurrar a un Gérman fraternal y
enigmático, acaso por la cantidad de veces que ambas habían
conseguido arrancarle una sonrisa en lo más jodido de la jornada.
Como
en Chorro Blanco, mientras el helicóptero aquel nos soltaba de un
solo saque todos los rosquetes a la par… pero eso es otra historia.
-
Kamarada
Dock Sur
(El
amigo de Ernie Pike)
Edición:
Ilda Marques
Post
– Scriptum: Este relato de Facundo Cabral va de regalo (exclusivo)
para Eva y Victoria, tal como fue decidido en la última tenida de
los Hijos
de la Tempestad,
que tuvimos en la Biblioteca
de Villa Manuelita,
inspirados por sus bellos nombres y la historia, para que lo
compartan con los suyos.
Kamarada
Dock Sur
(El
amigo de Ernie Pike)
Edición:
Ilda Marques
No hay comentarios.:
Publicar un comentario